11:00

Odio la escuela pero amo la educación

Publicado por César Arbeláez |

7:24

En Medellín diseñamos ciudad

Publicado por César Arbeláez |

Por ahí dicen que los paisas lo que no encuentran se lo inventan y Estefany Alzate es una de esas personas maravillosas en nuestra ciudad. Ella diseña accesorios y bolsos con elementos que consideramos basura. Miren el video realizado por Noticias Telemedellín. 

7:18

Medellín, ciudad para la vida

Publicado por César Arbeláez |

8:52

En Medellín sólo hay espacio para la vida

Publicado por César Arbeláez |

Yo sabía que las cosas malas cambiarían por buenas algún día y me siento feliz de que hayan empezado a cambiar en el lugar donde vivo. Mi ciudad se llama Medellín y está ubicada en el departamento de Antioquia en Colombia, un país suramericano. 

Medellín es una ciudad muy grande y está rodeada de montañas. Cuando digo muy grande es porque tiene capacidad para tener en el año 2014 cerca de 3 millones de habitantes. Medellín sufrió en algún tiempo la cruda violencia por el narcotráfico, sin embargo hoy todo es diferente, pasamos del miedo a la paz. 

Vivir en Medellín al año 2014 es muy diferente por las siguientes razones:

En Medellín las personas se respetan unas a otras así no se conozcan.
En Medellín las personas respetan la vida de las demás personas  y la valoran como única e irrepetible.
En Medellín ninguna persona le quita a otra su dinero o sus pertenencias en ninguna forma y mucho menos violenta. 
En Medellín, nadie se muere por una bala, por una goliza o por una puñalada.
En Medellín las personas se cuidan unas a otras para evitar que tengan accidentes.
En Medellín, las personas se mueren de viejitos o por enfermedades terminales. 
En Medellín, las personas respetan las normas de tránsito y conducen de forma amigable con los demás conductores y con los peatones. 
En Medellín nadie insulta a nadie. EL trato de las personas es cordial y es muy amable y respetuoso.
En Medellín existe el transporte público más organizado del mundo y les permite a los usuarios tranquilidad y comodidad.
En Medellín no hay personas viviendo en la calle o durmiendo en la acera o debajo de los puentes.
En Medellín las personas no enriquecen ilegales  ni destruyen sus vidas por el consumo de drogas.
En Medellín las personas se capacitan para servir a los demás, como por ejemplo los taxistas, los conductores de bus, los vendedores y técnicos de las empresas. 
En Medellín hay educación de calidad para todas las personas con docentes calificados y metodologías que forman ciudadanos de bien.
En Medellín nadie conduce mientras consume licor o luego de haber tomado licor porque la vida es única y todos son conscientes de que hay que cuidarla. 
En Medellín nadie roba, nadie engaña, nadie estafa, nadie lastima a los demás para garantizar el bienestar de todos.
En Medellín ninguna mujer es violentada. 
En Medellín las personas crea, inventan, proponen y construyen ciudad.
En Medellín no hay corrupción, ni malos manejos porque todas las personas son honestas. 
En Medellín las mamás pueden estar con sus hijos  con respaldo para que no tengan que trabajar durante los dos primeros años de sus hijos.
En Medellín los noticieros resaltan lo bueno de nuestra ciudad y enseñan a las personas lo desconocido a través de sus informes. 
En Medellín los niños no sufren maltrato porque las personas se capacitan para ser padres.
En Medellín lo único malo que pasa es una que otra tragedia natural por algún accidente no previsto teniendo en cuenta que está muy bien estructurada en la prevención del riesgo. 

Medellín es el mejor lugar para vivir y no cabe la menor duda.  Si a usted le parece que esto no pasa en Medellín es porque vive en otro lugar y si viene a Medellín ya sabe cómo se debe portar porque en Medellín sólo hay espacio para la vida y para vivir bueno. 




7:45

Las tareas para la casa no son una buena idea

Publicado por César Arbeláez |

Mi hija está apunto de empezar la escuela y siento pánico de que un día llegue a decirme que tenemos que sentaros en la tarde y en la noche a revisar ejercicios de matemática, historia patria de Clombia, verbos, gerundios, conjugaciones, ciencias naturales, religiosas y todo lo demás que se les pueda ocurrir a los profesores para mandar de tareas para la casa. Ya veo la cara de muchas personas enojadas por mis palabras argumentando que hacer las tareas con los hijos es un momento fundamental en el acercamiento de los padres con los hijos en su desarrollo escolar y yo les diré que eso es pura carreta. 

Todo tiene un origen y una explicación. Los profesores mandan tareas para la casa porque son incapaces de realizar estrategias educativas para la cantidad de estudiantes que el centro educativo les exige. Además pues de que se utilizan unas guías y una forma de proceder educativa que todavía no cruza el oscurantismo. 

Estos chicos van a la escuela desde la mañana hasta la tarde y deben llegar a casa y realizan  mil tareas más. ¿Alguién puede explicarme cuál es el objetivo de eso? A qué hora juegan los niños, a qué hora comparten realmente con sus padres, cuándo pueden ver su programa favorito o incluso leer algo que sea por deseo si tienen que llegar al otro día con un trabajo que en el 80 % terminó siendo hecho por su mamá, por su papá, por sus hermanos o hasta por un vecino. 

La escuela privada es la primera que debe replantear la forma que utilizan para educar a sus estudiantes enviando tareas cada día. Usted paga una matrícula y una pensión alta y además debe complementar lo que los docentes de su hijo no hacen. La escuela pública debe tener responsabilidad por lo que enseñan y no descargarlo todo en los padres de familia. 

Imagine por un momento que su jefe en su empleo le dice que se tiene que llevar el trabajo para su casa y que al día siguiente le debe presentar las tareas encomendadas. Eso significaría que tendrías que dejar de ir al gimnasio, no estar con tu novia o esposa o hijos, no ir a cine, no salir a comer, no hacer nada de tu vida, nada de tiempo libre y al mismo tiempo se alimentaría tu resentimiento y no vas a querer volver nunca más. Así mismo pasa con tus hijos. 

Está bien que de vez en cuando para una presentación o proyecto especial, los padres de familia ayuden a sus hijos en la construcción y desarrollo de la idea y la producción. Pero no puede ser posible que todos los días sean usados para hacer tareas en casa. 

Docentes e incluso, padres de familia no están de acuerdo con esta idea porque necesitan tener a los hijos entretenidos mientras hacen otras cosas que no tiene nada que ver con compartir en familia. Los docentes aseguran que en la universidad tendrá que estudiar en casa y hacer investigación y es mejor acostumbrarse desde el colegio. Es importante aclarar que la universidad tiene ritmos y horarios diferentes. 

En conclusión, yo buscaré un colegio que no sea cruel y que entienda que la calidad de la educación correspondiente a las materias de cada grado depende de los contenidos trabajados en la institución . En casa nos dedicaremos a divertirnos en el tiempo libre, nada más. 

Por César Arbeláez M.

Pensar la ciudad se está convirtiendo en un caos para los encargados de la ley y el orden. En Medellín  hay metro, metrocable, metroplus y próximamente tranvía. Además hay rutas de buses y colectivos en todos los barrios y se cuenta con una gran capacidad de taxis para la ciudad. Eso en cuanto a transporte. Sin embargo parece que no es suficiente. Las horas pico son un caos para cualquier ciudadano que pretenda usar los servicios de transporte público mencionados. Hay que tener en cuenta que muchas personas no usan el servicio público porque tienen carro particular. Cierre los ojos por un momento y trate de imaginar a todas las personas usando el servicio público. Ahora, ábralos, tranquilo, eso todavía no ocurre. 

Otro escenario que hay que tener en cuenta es el de la producción de vehículos nuevos. Antes, hace unos veinte años, había más dificultad para que un ciudadano común y corriente adquiriera un carro particular. Era un objeto de familias pudientes y un símbolo de riqueza y poder adquisitivo. Aunque esa idea no ha cambiado mucho, las personas ya pueden adquirir un vehículo con más facilidad. Es decir, es el momento de la concesionarias y de los vendedores que tienen metas de hasta 50 a 60 vehículos en el mes.  Ahora, cierre los ojos otra vez  e imagínese la cantidad de vehículos nuevos que salen de los concesionarios y las fabricas de cada marca produciendo vehículos nuevos en serie. Abra los ojos y acepte que esa es una realidad. 

Estos dos escenarios nos entregan una realidad que vivimos cada día. Un grave problema de movilidad en la ciudad de Medellín. Es grave porque las vías que hay colapsan y retrasan la movilidad de las personas. Grave porque no hay espacio en el metro y en el metroplus. Grave porque las intersecciones no estaban pensadas para tantos vehículos. En Medellín se han tomado medidas como el pico y placa. También se han implementado cámaras de foto multas y ya. No hay más. La medida de pico y placa fue traída de Bogotá. Todavía no inventamos nada ni aprovechamos la capacidad de ciudad innovadora. 

Hace 15 años decíamos “en Medellín es suave, nada más horrible que los tacos de Bogotá” y además se sentía más terror cuando los medios de información publicaban los serios trancones de una ciudad abandonada también por los dueños de la ley y el orden. Medellín ya no es un pueblo de cuatro esquinas. Es una ciudad que cada día crece en obras y en población, crece en industria y en educación y obviamente crece su movilidad. Es necesario volver a pensar la ciudad justo en este momento y dejar de estar convencido que la gestión ideal está en un pico y placa o en la invitación a usar el servicio público. Timidamente algunos ciudadanos creen en la bicicleta como opción pero la ciudad apenas se está acondicionando para eso. 

Yo soy un ciudadano y tengo una propuesta para la movilidad de la ciudad. Es tiempo de que las empresas de administración municipal, inicialmente y luego las empresas privadas empiecen a preocuparse por el impacto que tienen en la ciudad. Es decir, una empresa puede aportar a la movilidad en la ciudad si sus empleados empiezan y terminan su trabajo en un horario diferente al convencional. Así disminuye el tráfico en las vías y la cantidad de personas que antes usaban el servicio público en la hora pico empieza a distribuirse en diferentes horarios.  

Otra propuesta ligada a la anterior es asignar días de pico y placa para los empleados. Es decir, usted trabajará en casa (teletrabajo cuando sea aplicable) dos días en la semana. Así se reduce la cantidad de vehículos en la calle y en el uso del servicio público. Es importante tener en cuenta que las calles no van a quedar vacías y el transporte público menos. Lo único que se logra es que haya espacio para la movilidad de una sociedad y de una industria que no para. 

Además, es necesario empezar a pensar la ciudad y su utilidad en las 12 horas que se muere la ciudad. La ciudad debe repartir sus funciones laborales y académicas en las 24 horas de día. De esa manera habrá más espacio, mejor economía, más empleo y obviamente más contaminación y destrucción, pero como ahora nos estamos repensando también con la ecología es probable que haya otras propuestas para el ambiente. 

A estas estrategias también se unirán luego las universidades y los colegios teniendo en cuenta que también son activos en la movilidad de la ciudad y también deben repensar sus horarios y su presencia en el campo educativo. Es tiempo de aprovechar la virtualidad y experimentar con otros horarios para sus estudiantes, docentes y administrativos. La academia es la más llamada a participar en estos proyectos de cambio. Ahí están los especialistas, los magister y los doctores de nuestra sociedad. 

Hay propuestas en la mesa, pero nuestras empresas y administradores de la ley el orden  deben dejar de ser tan parroquianos. Medellín es una ciudad diferente y hay que vivirla y pensarla diferente. Yo sólo soy un ciudadano y no puedo ir a las empresas a proponerlo. Infortunadamente en nuestra sociedad todo debe ser impuesto por una norma, por una ley o por un jefe. Entonces amigos del poder pueden proceder como quieran pero hagan algo ya. 

5:55

ASFALTO

Publicado por César Arbeláez |


Fotografía tomada en uno de los asfaltos en el barrio San Benito de Medellín. No es un montaje. Esto de verdad pasa. 

8:48

Más gente como tú

Publicado por César Arbeláez |

Y aprendí que la vida es bonita, por la mañana y por la nochecita... 

11:00

La historia de Mi Generación

Publicado por César Arbeláez |

En este tiempo hago parte de la historia de mi generación. Somos los que caminábamos la ciudad en las noches cuando  la policía perseguía mechudos (hombres de pelo largo). La misma ciudad que contábamos en talleres y seminarios de periodismo cuando contábamos en papel y el twitter y el facebook lo marcábamos a pico de botella en cualquier parque y con cualquier líquido.

Esa misma generación que ahora hace la ciudad y aunque todavía queda restos de corrupción, viejos políticos con las mismas manías de cuando perseguían a los mechudos y otras cuantas basuras, Medellín a cambiado gracias a esos poetas locos que a veces soñaban ciudad entre versos urbanos. 

Ahora quiero dedicar esta canción y me parece chévere recordar esos buenos tiempos cuando empezamos a soñar. Lamento la violencia, de lo contrario estaríamos mejor. 


6:23

Los Puros Criollos de la señal Colombia

Publicado por César Arbeláez |

Me gusta ver la televisión, canales, privados y regionales, públicos y nacionales, locales o de barrio. Me gusta lo que sale en la caja mágica y sobre todo me gusta mucho un programa de televisión que no sale en canales privados y que además parece no tener tanto público como otros programas de la televisión nacional. 

Señoras y señores, les presento Los Puros Criollos, un programa evidentemente educativo que se presentó durante el año 2012 en Señal Colombia y ahora tiene las dos temporadas presentadas en el canal de Youtube de Señal Colombia. Es un programa muy divertido y entretenido que en cada capítulo desarrolla la investigación sobre un símbolo colombiano. Es muy importante aclarar que las "colombianadas" son una burla y este programa NO tienen nada que ver con la destrucción nacional. 

Por el contrario, sus personajes son tratados con la mayor delicadeza y tacto para lograr un producto perfecto, con un detalle y un gusto exquisito. Pues no les doy más carreta, juzgue cada uno y les dejo la prueba que hay mucha televisión por hacer a parte de la industria de la televisión. 

Les dejo los enlaces de los canales donde están las temporadas y  uno de mis programas favoritos, El Renault 4. 



Temporada 1

Temporada 2

9:21

Aeropuerto en miniatura

Publicado por César Arbeláez |

6:48

S.O.S Barrio San Benito

Publicado por César Arbeláez |

Es tiempo de seguir. Ya disfrutamos los olímpicos y su real majestuosidad. También terminó la Feria de Flores que convocó a muchas personas a diferentes escenarios y que según los organizadores, como si se lo creyeran, con un parte de tranquilidad porque en nuestra ciudad no pasa nada. Es el lugar para la vida.

Entonces volvemos a la realidad, en este caso del barrio San Benito. Aunque no es muy cercano a un lugar para la vida que todos sueñan, está lleno de muchas vidas, sobre todo ilegales. Desde pequeños se forman en la ilegalidad e incluso muchos nacen entre el basuco y la indigencia.

A pesar de ser una situación a la que nadie le presta atención, cuando uno tiene cerca un indigente parece que estuviese en una película de terror y es difícil comprender cómo un ser humano llega a tal degradación física y social.

Hoy veremos a los que duermen en la calle. Es muy probable que una de estas personas sea el resultado de la quiebra de una empresa, del acoso de un banco o simplemente del vicio. La calle es la cama y es la vida.

Nadie les importa como ellos no le importan a nadie. Orinan y defecan donde les parece. Toman instrumentos públicos para venderlos y cambiar el dinero por droga. Persiguen, acosan, aterrorizan y son el margen de una sociedad que esconde detrás la delincuencia y la ilegalidad de otros.





6:11

Vídeo de la Feria de las Flores en Medellín

Publicado por César Arbeláez |

Es necesario hacer una pausa en la historia que se cuenta del barrio San Benito, pera mostrar el vídeo realizado por Telemedellín con la compañía de los ciudadanos y tres bandas de música de la ciudad, Tr3s de Corazón, Providencia y Piso 21.

Más allá del sentimiento de muchos por la Feria que en muchos casos significa borrachera y desorden quiero resaltar el sentimiento que genera la unión en la música para contar desde las nuevas generaciones la tradición de los principales o mejor el único rastro de nuestra cultura antioqueña.

Cuando uno ve este vídeo comprueba que Medellín puede ser la mejor casa del mundo para cualquiera. Lo digo porque es verdad, porque las imágenes están editadas pero no son mentira, los ciudadanos son reales, las locaciones existen y el único estudio utilizado fue el de edición.

Cuando yo veo este vídeo me da la sensación que Medellín puede ser un lugar para la vida. Somos los fundadores de mucha historia de Colombia y algún día, tal vez, los fundadores y el ejemplo de la convivencia y el respeto por la vida.


Video Oficial de la canción La Feria en mi Casa from Telemedellí­n on Vimeo.

13:01

Las campanas doblan por el barrio San Benito

Publicado por César Arbeláez |

Publicado por César Arbeláez Mejía
Suplemento Generación periódico El Colombiano - Abrir
15 de enero de 2006

Nací dos años antes de que el barrio San Benito comenzara a morir y veintitrés años después asisto al entierro que, al parecer, nadie puede o quiere evitar.

Dice Jorge Mario Betancur en el texto Moscas de Todos los Colores - Nacimiento del Barrio Guayaquil en Medellín que: “En 1929 Medellín se llenó de moscas de todos los colores” y parafraseando esta cita, duele decir que en 2005 el barrio San Benito se llenó de moscas de todos los colores; o gente de todos los colores como lo dice en su texto.

Un día, las familias prestigiosas del barrio; las de apellido y reconocimiento social, decidieron huir con la llegada de la Plaza Minorista José María Villa, cuando en 1984, las Empresas Varias de Medellín la dan al servicio en el sector de San Benito. Estaba tan pequeño que no pude ver la cara de horror de los habitantes de aquel tiempo al saber la noticia.

Hoy les digo que de las casas donde crecieron sus hijos y rezaron el rosario no queda nada; en el mejor de los casos son un inquilinato o una iglesia del Neo-Jesús; de cualquier manera, su cobardía desoló las calles por donde caminaron de gancho con sus novias y permitió a forasteros apropiarse de lo que nunca fundaron para sí destruirlo.

Cuenta Jorge Mario Betancur que en 1958, cuando la Plaza de Mercado era en Guayaquil, que “A nadie le extrañaba la mierda en sí. Por ser Medellín un lugar sin alcantarillados y con muy escasas letrinas y desagües, sus habitantes se procuraban discreto excusado en cualquier parte.” Los indigentes, nuevos vecinos y casi propietarios del barrio, tampoco tienen letrinas, ni sanitarios y del alcantarillado les han servido las rejas para robarlas. Es decir, la mierda continua en otro espacio, en otro tiempo y a nadie le extraña en sí.

La plaza transformó el barrio; pero gente de todos los colores sobrevive gracias a ella. Es posible que a la “cultura ciudadana”, que por aquí no aparece, le quede grande una conciliación. No para que todos seamos moscas de un solo color sino para que se frene la mutilación de un sector tan importante de la ciudad.

Recuerdo la canción publicitaria de Medellín: “El lugar donde nací y con mis amigos crecí…” y entonces, la nostalgia se vuelve rabia porque los amigos se fueron de la mano de sus papás; a otros los mataron y otros no hay. Sólo quedan las calles desoladas y decoradas por los avisos publicitarios que saturan las paredes del barrio. Sólo quedan recuerdos de partidos de canicas, de fútbol, el escondidijo, la chucha cogida y seguida y la infancia que se quedó sin recuerdos porque lentamente se han borrado como la tiza de la golosa.

El barrio San Benito se murió y a nadie le importa. Todos llegan de la periferia, del norte y del sur; pisotean las calles del barrio, bajan de los buses, descargan los camiones, consiguen el dinero, dejan la basura y se van. San Benito es un lugar prostituto, violado y asesinado. Pero fue el lugar que fundé, donde crecí, donde permanezco y muero.

En San Benito hay pocas personas que puedan contar la historia del barrio colonial, del barrio más antiguo de Medellín. Siempre el pasado es la nostalgia y entre la historia nadie quiere reconocer el presente: más del 80 por ciento de las tapas de los contadores del acueducto han sido robadas; el porcentaje de habitantes es del 10 por ciento. El 90 por ciento pertenece al comercio. Unas de las moscas de todos los colores que volaron desde lo que hoy es la Plaza de la Luz son los indigentes y se han hospedado entre la calle Juanambú y la Avenida de Greiff y el peor porcentaje, del 100 por ciento, es la indiferencia de los que se fueron y de los que se quedaron y de los que pasan y de los que se van.

Ninguna empresa turística estará interesada en mostrar al barrio San Benito entre lo más bello del centro de la ciudad de Medellín porque de él, como tal, no queda nada. A veces cuando bajan por la Avenida de Greiff los buses coloridos (Turibus) cierran la ventanilla para evitar los malos olores o para evitar la intromisión de alguna mosca.

En San Benito ya no nacen nuevas generaciones, además nadie se atreve a formar una acción comunal en defensa y conciliación con el comercio, no hay grupos juveniles, no hay gente, no hay vecino amable ni mala clase, el único ruido es el run run de los carros en el día y el silencio espantoso de la noche. En el barrio sólo hay “moscas de todos los colores” que no dejaron doblar las campanas porque también las callaron.

Contexto

San Benito es uno de los 19 barrios que conforman la comuna 10 o Centro de Medellín, a la que también pertenecen: Jesús Nazareno, El Chagualo, Estación Villa, Guayaquil, Corazón de Jesús, La Alpujarra, Calle Nueva, Perpetuo Socorro, Barrio Colón, Las Palmas, Bomboná, Boston, Los Ángeles, Villa Nueva, La Candelaria, San Diego, el sector del Hospital San Vicente y Prado Centro.

Una de las construcciones de mayor recordación en la zona es la iglesia de San Benito, construida en 1678 y reedificada en 1802 con un estilo barroco. En la época de la independencia fue el lugar del refugio. Los Franciscanos son los encargados de mantenerla y está ubicada en la calle 51 No. 56 A 57.

Los cambios en la zona se agudizaron con la apertura de la Plaza Minorista en 1984, y 22 años después, continúan. La central se construyó en el sector de la Estación Villa, para reubicar a los venteros, que desde décadas atrás venían siendo desalojados de El Pedrero en Guayaquil. El desalojo finalmente se logró. Luego vino la conformación de lo que hoy se conoce como El Hueco, comprendido entre la calle Colombia, la calle San Juan, La carrera Bolívar y la avenida de El Ferrocarril, también es parte del barrio. Lo anterior implica la presencia de 5.100 locales comerciales. César Arbeláez, un joven habitante del barrio, se refiere a sus cambios.


6:36

Se llamaba San Benito, hoy es la Minorista

Publicado por César Arbeláez |

Publicado por César Arbeláez Mejía
Suplemento Generación periódico El Colombiano - Abrir
23 de enero de 2005


La Avenida del Ferrocarril está presuntuosa de buces y carros vehementes. La oscuridad también clausuró la Panadería la Abuela, las academias de conducción ‘Ferrari’ y ‘Fredy-Auto’.

Es la hora en que la Residencia Soñar tiene más habituales y el Inquilinato Marco’s recibe a pocos de los muchos trabajadores de frutas y cigarrillos de la Minorista. Sólo se ven las persianas con los avisos: Vitrinas La Minorista, Centro Dental San Benito, Mercados Populares, Ferretería la Minorista, Plastimuebles, Multitubos, Ricopollo Paisa; no sólo las persianas, las fachadas ofrecen todo tipo de servicios al consumidor. La soledad inunda el resto del barrio; la noche también cerró sus ojos.

El sector de la Minorista es misterioso, oscuro y solitario cuando llega la noche; similar al barrio San Benito. Pero los espantos de hoy tienen ropa y rostros diferentes a los que atemorizaban las buenas gentes del sector. Según la historia del barrio, ‘El Hombre de Zancos’ y ‘El Sombrerón’, silenciaban las calles a las ocho de la noche.

La soledad y oscuridad de sus aceras aterraba. Sin embargo, fueron fantasmas que nunca vieron porque no se atrevían a mirar por las ventanas. Hoy, más de 100 años después, el barrio se silencia por un fantasma real, la Minorista. Los pocos habitantes que quedan, los visitantes, los transeúntes o algún familiar lejano viven temerosos a las sombras del atraco, el secuestro, y la violación.

La reversa de un camión de La Minorista hace eco en el barrio. Son las cuatro de la mañana y una voz grita “derecha, derecha, ale, ale, ale, enderézcalo” y la escena reincide una y otra vez con cada camión que llega a descargar los plátanos, el coco, la carne, la naranja, el tomate, los aguacates, los mangos y otros productos.

El día aclara y el tráfico es el gran compositor entre rugidos de camiones y motocicletas, corcheas con pitos y un acelerar en blancas, suave pero constante. Todavía no sale el sol y los alrededores de la Minorista parecen Guayaquil en diciembre.

Las puertas de la Plaza José María Villa están abiertas desde las cuatro y media de la mañana y los transeúntes pueden encontrar tres aguacates por mil pesos en el separador de la Avenida del Ferrocarril; los aguacates y los mangos de azúcar están en cosecha y no es sólo un vendedor, es una galería completa hasta el semáforo donde también ya hay trapos rojos para los conductores, cigarrillos, tinto, jugo de naranja y café con leche.

En una de las pocas cuadras residenciales que quedan en el barrio, tres camiones descargan; uno plátanos; otro muebles y el último cocos. Toda la mercancía la guardan en bodegas que antes fueron casonas de hasta seis piezas en galería, corredores y baños amplios y hasta tres patios; en un par de horas la cuadra estará atiborrada de carretilleros que llegan desde toda la periferia a rebuscar el dinero para vivir. Desde ahí, caminan por todo el centro huyendo de los hombres de azul ‘El espacio público’ y paso a paso llegan a cada barrio con micrófono en mano ofreciendo los productos.

De la misma forma, paso a paso, la Plaza Minorista José María Villa ha ido consumiendo lentamente el Barrio San Benito, que según Luis Latorre Mendoza, es el barrio más antiguo. En el libro Historia e Historias de Medellín cuenta que “El barrio, como barrio, que primero existió en la villa fue el de San Benito, que es de lo más típico, lo más amable y colonial que ha tenido esta seudo- urbe”, pero desde el traslado de la plaza de mercado de Guayaquil en 1983 al sector de San Benito, lo típico se destruyó, lo amable se volvió desconocido y lo colonial es sólo un recuerdo. El setenta por ciento de las casas donde algún día vivieron prestigiosas familias de la ciudad, hoy son negocios y bodegas.

En un libro de recortes de periódico, Federico Mejía, un habitante del antiguo (San Benito) y nuevo (Minorista) colecciona todas las noticias que publican sobre el barrio San Benito y su degradación. El libro pesa 20 kilos, mide 80 centímetros de largo y 60 de ancho y en la pasta dice en letra con regleta de molde Barrio San Benito. En los recortes están los siguientes titulares: “En Medellín apareció la Virgen de las Mercedes, Los primeros franciscanos en Medellín, ¿Dónde queda San Benito?

En Medellín, el Niño Dios nacía en San Benito, En Medellín los villancicos se cantaban desde San Benito, San Benito pide cumplimiento del Pact-Arim, Al rescate de San Benito, San Benito exige ser residencial, Recuperando a San Benito, En qué va San Benito, Por San Benito camina la historia, San Benito todavía tiene alma de barrio, San Benito un rincón en la memoria, San Benito era una manga, hoy ni el recuerdo” y otros artículos y fotografías que dejan una sensación de reminiscencia en el presente, dice Federico Mejía.

La Minorista es una fuente de trabajo importante en la ciudad; voceadores, vendedores de mano en mano, los dueños y trabajadores de locales, camioneros, cargueros, transportadores de mercados o “Los de los carritos”, taxistas, y un sinfín de empleos y subempleos que benefician a muchas familias que venden y compran en la plaza de mercado. Pero esa es precisamente la razón del deterioro del barrio.

Las calles de San Benito son un corredor vial, de transeúntes y del comercio. Por las arterias desangradas de gris camina desde el más Pidientero a la persona más adinerada, pero eso sí, pasan en los automóviles con los vidrios cerrados ‘por si las moscas, es mejor evitar’ dicen algunos. La Minorista crece y el añejo barrio parece ser un comodín para ese crecimiento.

Los inquilinatos aumentan de forma acelerada. En improvisados letreros con papel y letra desbarajustada “Se alquila piesa”. La mala ortografía es un síntoma de la situación social que tienen las personas que viven allí; la mayoría son comerciantes de la plaza y se han desplazado al barrio para ahorrarse transporte y tiempo. Cuentan algunos habitantes añejos que desde que llegaron los nuevos vecinos, los equipos de sonido con vallenatos a todo volumen, sancochos en la mitad de la cuadra y el constante olor a marihuana han ido consumiendo las familias del barrio buscando otros que les ofrezca la tranquilidad que quitó la Minorista.

José María Villa, fue el arquitecto que construyó el puente de Occidente sin ningún tipo de plano, pero acompañado de aguardiente y tapetusa. Es posible que muchas personas no sepan quién es o quién fue ese hombre de quien marcan el nombre en letras inmensas sobre la entrada principal. Lo más posible aún es que nadie le dice a la plaza: José María Villa, sino Minorista; así aparece en los buses y los almacenes y nunca se lee en un bus: San Benito; Minorista y punto.

El barrio de San Benito es muy poco conocido; cuando alguien responde que vive en San Benito, nadie ubica el lugar y por eso muchos habitantes han optado por decir que viven en San Benito por la Minorista o en un barrio que antes se llamaba San Benito y ahora se llama Plaza Minorista José María Villa. Donde las letras amarillas no brillan porque la noche le cerró los ojos al barrio.

CONTEXTO

El historiador Jorge Orlando Melo estima que “todo, aparentemente, ha tenido que cambiar con este simple cambio numérico y con la consiguiente expansión física de la ciudad sobre el terreno del Valle de Aburrá, con el paso de 18 manzanas iniciales a más de 10.000”.

La configuración espacial de una ciudad como Medellín es pues un proceso en el que intervienen muchos factores, entre ellos el contexto natural y las tradiciones históricas, donde se consideran las prácticas urbanísticas actuales y heredadas, los criterios sociales sobre vecindad y las valoraciones del espacio, entre otros factores.
El barrio San Benito data de principios del siglo XIX, época desde la que se fue consolidando al occidente de la ciudad, en la vía a Antioquia y al pueblito de Aná.

Con los años terminaría siendo uno de los lugares más céntricos de Medellín. La iglesia de San Benito, uno de los edificios más representativos del sector, se construyó en 1678 y fue reedificada en 1802 con un estilo barroco. En la época de la independencia fue el lugar del refugio. Pero los años pasan y las necesidades cambian, siglos después, en 1984, las Empresas Varias de Medellín dan al servicio la plaza de mercado Minorista José María Villa, que, con los años, transformó la vida del barrio San Benito.


6:56

La suerte está echada

Publicado por César Arbeláez |

Se acabaron los poemitas lacrimógenos
las noches de insomnio
los dos paquetes de cigarrillos al día
la falta de apetito
el mal humor
las miradas perdidas en el aire
detrás de moscas invisibles o musarañas.
Se acabaron los dibujitos abstractos
en el mantel con la punta del cuchillo
la palidez
los polvorientos sonetos con estambre al estilo de Navarro
las miradas ansiosas al teléfono
el mudo interrogatorio al cartero
A partir de hoy todo va a cambiar
¿Te fuiste con tus lindos ojos azules?
Mala suerte
Que te vaya bien
¡y los hermosos ojos azules te los puedes meter en tu inolvidable culo!

Rogelio Nogueras Libro: 'La forma de las cosas que vendrán' (Editorial Letras Cubanas, La habana 1989).

10:37

Las pirámides no se acaban

Publicado por César Arbeláez |

El sueño de los nuevos profesionales se esfuma en los nuevos empleos. No hay buen sueldo, no hay garantías, no hay respeto, no hay tiempo para la familia, no hay vida. Te absorben las capacidades y luego te echan cuando ya no sirves. ¿Usted realmente cree que las pirámides que debían acabarse se acabaron? Las pirámides siguen vivas y lo más triste es que nos acostumbramos a ser empleados de las pirámides colombianas. Nuestro empleo nos debe permitir cumplir sueños, fortalecer la calidad de vida, estar con nuestra familia y acompañar a nuestros hijos en su crecimiento.


6:33

El carro del Amor (Fiat Love)

Publicado por César Arbeláez |

Siempre quise tener un carro en casa para jugar, para competir, para llevar un carro a 300 kilómetros sin lastimarme ni lastimar a nadie. Una cabrilla y unos pedales reales para la imaginación. Finalmente manos a la obra y paso a paso, construido sin mucha maña, sin mucha medida por la ansiedad, quedó construido el carro del amor. Un prototipo de Fiat, el carro imaginado o soñado para la realidad. (Fiat Love).

Bueno mis amigos, el Planeta Rojo ya tiene su primer carro. 



9:09

Calle 13, Bienvenidos a Medellín

Publicado por César Arbeláez |
6:21

Genious kid at TED (Niño genio en TED, subtitulado)

Publicado por César Arbeláez |

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