Los niños de Medellín, reciben todos los días en los barrios y en las Instituciones Educativas, personajes que les cuentan historias orientadas al respeto, a la protección y a la convivencia. En parte, suplen la brecha de conocimientos que tienen padres de familia y docentes. Ahora hay tanta información y tan rápida que no hay forma de saberlo todo. La educación se salio de la entendera y se convirtió en un buen negocio de hacer títulos para conseguir empleo. Sin embargo, educación y formación son cosas bien diferentes.
Están por ejemplo los súper pichurrias llenos de títulos académicos que no tienen la menor idea de cómo saludar amablemente a alguien con menos títulos y menos saben producir un buen orgasmo debido a la preocupación constante por su apariencia. Están los pichurrias de corbata y sin ella acostumbrados, por algún motivo de la vida, a escupir las calles convencidos del efecto brillante en la tacita de plata.
La educación de terceros parece la solución, pero como van las cosas la única salvación para que infractores dejen de serlo es la desaparición del planeta.
Cazapichurrias
Onda, la guardiana de la Red
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