El cine colombiano sigue transformándose y una prueba es la nueva película estrenada en Colombia. Un relato firme, delicioso de ver, con actuaciones impecables y diálogos profundos. Además, es un film que le promete diversión, tan olvidada como la paz de nuestro país. El día del estreno, las salas se llenaron. Dicen algunos, "lo que le gusta al pueblo", y es verdad, somos pueblo. Nos vemos los noticieros que siempre son más de lo mismo. Nos toca pagar millones por educación, entonces mejor trabajamos. Estamos acostumbrados a la muerte, a los negocios con droga y a la corrupción. Eso lo vemos todos los días y no solo en la tv y en el cine. Es la vida real.
Por ejemplo, se viene La Sociedad del semáforo, una película definitivamente asombrosa y nueva para el mercado cinematográfico, pero en contexto es más de lo mismo. Somos pueblo y que bueno es sentarse desprevenido en una silla pagada de su bolsillo, porque es su decisión, y gastarse un rato para entretenerse con celular apagado y todo. Me da mucha risa los críticos porque esperaban de la película Sin tetas no hay paraíso un análisis profundo, cuando en sí misma carece de análisis. Uno va a cine, a ver tetas y ya. Claro que es la misma historia y qué importa. Como el cine no es masivo, los que no pudimos ver ninguna de las tres versiones para televisión porque no la presentaban en horario infantil, pues la vemos en cine.
Entre escena y escena no pararon las carcajadas. Los actores con sus chascarrillos la sacaron del estadio y le dieron a todos esos pueblerinos un buen rato de diversión. Es muy importante aclarar que en la ciudad y en el país está la oferta para todos los gustos. Si a usted le gusta ver cine lento, de análisis y sin olor a palomitas de maíz, usted conoce la opción. Tiene una cartelera constante y variada en todas las salas. Pero por su bien y el de toda la humanidad, señor crítico, sino le gusta una película, dígase a usted mismo que no le gustó y no la vea, pero no contamine la humanidad diciendo que es mala. Es muy diferente decir, no me gustó a decir esa película es mala. Y no se pierdan La Sociedad del Semáforo, en cines o semáforos.

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