Una veleta de papel se hace con una hoja, una palito de madera y un chinche. Su resultado es sorprendente. La fantasía y el viento se pueden transformar dependiendo de los colores utilizados o la mezcla de colores en una veleta. El resultado puede ser algo como esto (ver veleta)
Yo por ejemplo, tengo en mi balcón muchas veletas para cuando sople el viento el balcón se mueva un poco y cuando sea muy fuerte la onda se pueda levantar el edificio para salir volando a nuevas tierras.
Casi nadie mira para arriba en la ciudad. Pero cuando hay una veleta que se mueve es inevitable verla en su ritmo, se siente el aire en el cuello como si estuviese detrás refrescando el viaje de a pie, refrescando algún pensamiento estancado, algo que debe cambiar.
Cada vuelta es un cambio,
otro aire, otra condición. Al principio, los vecinos miraban con desprecio la idea de romper con la uniformidad de la fachada con unas veletas en el balcón. No puedo colgar ropa pero no existe una norma contra las veletas de papel y viento. Entonces mi balcón será de veletas que le cambian el aire a la ciudad, de colores para que sean una fiesta en el día, de diferentes tamaños para que se generen todos los vientos.
En mi calle no existen las mariposas pero si los colores y los aleteos del papel. Cuando me quedo mirando un rato las veletas volando me imagino la ciudad llena de veletas en las fachadas y balcones cambiando los aires de mi ciudad. A veces, mientras camino, logro escuchar que alguien dice: "necesito otro aire". Siempre necesitamos otro aire. Es bonito ver girar los colores desde abajo o desde el frente de mi casa, de mi ciudad.
2 comentarios:
Hace rato que no me daba una vuelta por el planeta rojo y me encuentro con este artículo. Me encanta, que bonita la idea, yo me uno y pondré unas cuentas veletas en el ventanal de mi casa, un granito de arena para que la ciudad se llene de color.
Esa es la idea, el aleteo de una veleta puede cambiar la historia de una persona o del mundo. La verdad es muy sencillo y genera un efecto fantástico.
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