Bambaman, producto del contrabando y sustento de una familia que no goza de libre comercio está mamao de asistir, permanecer, desgastarse en mi puesto de trabajo. Esta mañana amaneció revolucionario, sindicalista y aburrido. No aguanta la llamadera en el teléfono, no disfruta el aire acondicionado, estar de pie todo el tiempo desgasta su firmeza de súper héroe y lo que menos soporta es que todas las personas que pasan de visita le digan que es bamba, chiviado, pirata, etc. No soporta más humillación.
Amigo Bambaman, la vida no es fácil, sigue de muñeco, así estás bien.
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