Al mirar las fotografías se descubre un sonido. La música de los genios que logran conectar su cerebro a una partitura, al instrumento, a los mensajes manuales de su director, a los deseos venideros y a la virtualidad. Estos seres, Nativos Digitales, tocan las canciones de los que cantaron y de los que repitieron y volvieron a tocar. Todos los ritmos en sus manos. Las esperanzas no pueden estar perdidas con sus creaciones. Mientras el mundo se asesina, ellos son capaz de crear mariposas de colores para el mundo. (En las fotografías la Escuela de Música de la Casa de la Cultura Sixto Arango Gallo en El Carmen de Viboral)











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