Por César Arbeláez M.

Pensar la ciudad se está convirtiendo en un caos para los encargados de la ley y el orden. En Medellín  hay metro, metrocable, metroplus y próximamente tranvía. Además hay rutas de buses y colectivos en todos los barrios y se cuenta con una gran capacidad de taxis para la ciudad. Eso en cuanto a transporte. Sin embargo parece que no es suficiente. Las horas pico son un caos para cualquier ciudadano que pretenda usar los servicios de transporte público mencionados. Hay que tener en cuenta que muchas personas no usan el servicio público porque tienen carro particular. Cierre los ojos por un momento y trate de imaginar a todas las personas usando el servicio público. Ahora, ábralos, tranquilo, eso todavía no ocurre. 

Otro escenario que hay que tener en cuenta es el de la producción de vehículos nuevos. Antes, hace unos veinte años, había más dificultad para que un ciudadano común y corriente adquiriera un carro particular. Era un objeto de familias pudientes y un símbolo de riqueza y poder adquisitivo. Aunque esa idea no ha cambiado mucho, las personas ya pueden adquirir un vehículo con más facilidad. Es decir, es el momento de la concesionarias y de los vendedores que tienen metas de hasta 50 a 60 vehículos en el mes.  Ahora, cierre los ojos otra vez  e imagínese la cantidad de vehículos nuevos que salen de los concesionarios y las fabricas de cada marca produciendo vehículos nuevos en serie. Abra los ojos y acepte que esa es una realidad. 

Estos dos escenarios nos entregan una realidad que vivimos cada día. Un grave problema de movilidad en la ciudad de Medellín. Es grave porque las vías que hay colapsan y retrasan la movilidad de las personas. Grave porque no hay espacio en el metro y en el metroplus. Grave porque las intersecciones no estaban pensadas para tantos vehículos. En Medellín se han tomado medidas como el pico y placa. También se han implementado cámaras de foto multas y ya. No hay más. La medida de pico y placa fue traída de Bogotá. Todavía no inventamos nada ni aprovechamos la capacidad de ciudad innovadora. 

Hace 15 años decíamos “en Medellín es suave, nada más horrible que los tacos de Bogotá” y además se sentía más terror cuando los medios de información publicaban los serios trancones de una ciudad abandonada también por los dueños de la ley y el orden. Medellín ya no es un pueblo de cuatro esquinas. Es una ciudad que cada día crece en obras y en población, crece en industria y en educación y obviamente crece su movilidad. Es necesario volver a pensar la ciudad justo en este momento y dejar de estar convencido que la gestión ideal está en un pico y placa o en la invitación a usar el servicio público. Timidamente algunos ciudadanos creen en la bicicleta como opción pero la ciudad apenas se está acondicionando para eso. 

Yo soy un ciudadano y tengo una propuesta para la movilidad de la ciudad. Es tiempo de que las empresas de administración municipal, inicialmente y luego las empresas privadas empiecen a preocuparse por el impacto que tienen en la ciudad. Es decir, una empresa puede aportar a la movilidad en la ciudad si sus empleados empiezan y terminan su trabajo en un horario diferente al convencional. Así disminuye el tráfico en las vías y la cantidad de personas que antes usaban el servicio público en la hora pico empieza a distribuirse en diferentes horarios.  

Otra propuesta ligada a la anterior es asignar días de pico y placa para los empleados. Es decir, usted trabajará en casa (teletrabajo cuando sea aplicable) dos días en la semana. Así se reduce la cantidad de vehículos en la calle y en el uso del servicio público. Es importante tener en cuenta que las calles no van a quedar vacías y el transporte público menos. Lo único que se logra es que haya espacio para la movilidad de una sociedad y de una industria que no para. 

Además, es necesario empezar a pensar la ciudad y su utilidad en las 12 horas que se muere la ciudad. La ciudad debe repartir sus funciones laborales y académicas en las 24 horas de día. De esa manera habrá más espacio, mejor economía, más empleo y obviamente más contaminación y destrucción, pero como ahora nos estamos repensando también con la ecología es probable que haya otras propuestas para el ambiente. 

A estas estrategias también se unirán luego las universidades y los colegios teniendo en cuenta que también son activos en la movilidad de la ciudad y también deben repensar sus horarios y su presencia en el campo educativo. Es tiempo de aprovechar la virtualidad y experimentar con otros horarios para sus estudiantes, docentes y administrativos. La academia es la más llamada a participar en estos proyectos de cambio. Ahí están los especialistas, los magister y los doctores de nuestra sociedad. 

Hay propuestas en la mesa, pero nuestras empresas y administradores de la ley el orden  deben dejar de ser tan parroquianos. Medellín es una ciudad diferente y hay que vivirla y pensarla diferente. Yo sólo soy un ciudadano y no puedo ir a las empresas a proponerlo. Infortunadamente en nuestra sociedad todo debe ser impuesto por una norma, por una ley o por un jefe. Entonces amigos del poder pueden proceder como quieran pero hagan algo ya. 

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