Algún día, teniendo en cuenta la necesidad del mundo de ser eternos, terminaremos comprando naranjas que traerán un trágico aviso que comprometa nuestra salud por consumir el producto. Por ejemplo, imagínese un huevo con un letrero que anuncie el colesterol y además esté acompañado de una persona obesa. Ahora, como el huevo sirve para tantas cosas, todas esas deben estar acompañadas por un anuncio que le repita lo que usted ya sabe lo que le puede ocurrir por consumirlo.

Esta es la primera cajetilla que adquiero con la imagencita que en la película Gracias Por Fumar anunciaban como innecesaria porque es un producto que se consume bajo el propio riesgo. Evidentemente la ley tiene que ver con el decorado de las cajetillas que no molestan para nada, pero que si evidencian que nuestra humanidad es agobiada y doliente. Espero ver pronto una botella de Aguardiente Antioqueño con la imagen de una persona con cirrosis o con el chorrito para abajo porque también produce impotencia. Quisiera ver, si se preocupan tanto por nuestra salud, a la gente feliz y sin empleo, porque nada más dañino que trabajar. Imagine un letrero en su trabajo que diga: "El trabajo causa impotencia sexual".
Nos convertimos en la sociedad de los letreritos, porque parece que carecemos de sentido común y los que también carecen de ella sospechan que carecemos y fabrican el letrero para que a los demás se les recuerde lo obvio, como por ejemplo: orine adentro, empuje, silencio, la salida es por la puerta de atrás, etc. Si así debe ser, pues que así sea. No queda más que la esperanza que las leyes de un gobierno sean bien administradas y que algún día por fin los habitantes del Planeta Tierra evolucionen.
Finalmente una muestra de lo que somos con nuestros letreritos en un radio de 30 metros cuadrados:









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